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Ana Labad Cruz, Premio Mujer Rural 2021 de Asturias: «En el mundo rural se puede pensar en grande y crear empleo»

Sonrisas, lágrimas, emoción y mucho compañerismo entre las mujeres. Así fue la exitosa Jornada del Día de la Mujer Rural de Asturias que, el pasado día 15 de octubre, se celebró en el Teatro Vital Aza de Pola de Lena. Con un lleno casi hasta la bandera, la empresaria Ana Labad Cruz, de Anchoas Hazas de Lastres, recibió el Premio Mujer Rural 2021 de Asturias que, desde hace cuatro años, organiza y celebra la Red Asturiana de Desarrollo Rural.

El evento fue inaugurado por el presidente de READER, Belarmino Fernández Fervienza, el responsable de Medio Rural de CAJA RURAL de Asturias, Javier Nievas Andrés, la alcaldesa de Lena, Gemma Álvarez Delgado y la directora general de Desarrollo Rural y Agroalimentación del Principado, Begoña López Fernández. El consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo Rodríguez fue encargado de clausurar la jornada. 

Antes de la entrega del Premio Mujer Rural 2021 de Asturias a Ana Labad Cruz se celebró un debate entre cinco mujeres jóvenes emprendedoras rurales de Asturias. El coloquio, moderado por la periodista Marta Pérez, de la agencia de comunicación rural Me lo dijo Pérez, dejó importantes testimonios sobre la vida rural de estas cinco trabajadoras que, además también son madres. Hagamos una breve mención sobre cada una de ellas: Manuela Rodríguez Suárez, de Embutido artesanal Pico de Fiel, en Boal. Según palabras de la propia Marta Pérez, esta chacinera se arriesgó “en tierra de nadie” hace más de una década con una industria artesanal de embutidos. Hoy tiene un medio de vida que le permite conciliar su vida laboral y familiar. Llucía Miravalles es la diseñadora de la moda que está detrás de Ringo Rango, en Villaviciosa, donde ella se ocupa de todo (diseñar, coser, vender, confeccionar) y del cuidado de su única hija. Mabel Pélaez es la tercera generación que se coloca detrás del mostrador del bar-tienda La Venta Los Probes, en Llanes. Carolina Castro es una veterinaria de Madrid que ahora trabaja como taxista y guía turística en Cudillero y Laura Ibarra es una productora ecológica de Lena que recién acaba de publicar su primer libro: Diario de una campesina. 

Tras la lectura del acta del Jurado, Ana Labad Cruz, Premio Mujer Rural 2021 de Asturias, subió al escenario del Teatro Vital Aza, donde la esperaban el presidente de la Junta General del Principado, Marcelino Marcos Líndez: el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo Rodríguez; la directora general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, Begoña López Fernández, la alcaldesa de Lena, Gemma Álvarez Delgado, el responsable de Medio Rural de CAJA RURAL de Asturias, Javier Nievas Andrés y el presidente de READER, Belarmino Fernández Fervienza. Muy emocionada y visiblemente nerviosa, Ana Labad Cruz se fundió en un abrazo con las tres mujeres rurales anteriormente premiadas por la Red Asturiana de Desarrollo Rural: Isabel Álvarez Rodríguez, en el año 2018; Josefa Vega Suárez, en el 2019 y Ana Inmaculada Adeba Vallina en el año 2020. Fue precisamente la propietaria del hotel rural y la yeguada Albeitar, en Villayón, quien cedió el testigo a la empresaria de Anchoas Hazas.

Con la escultura del artista Kiko Urrusti ya en sus manos, y siendo ya oficialmente la nueva Mujer Rural de Asturias, Ana Labad Cruz agradeció al Jurado este premio que “nunca imaginé merecer”. Como tampoco imagino esta madrileña del barrio de Carabanchel que “acabaría viviendo en un pueblo”. Y es que esta publicista llegó a Lastres un mes de noviembre de hace 13 años “entonces no sabía si sería capaz de adaptarme a esta nueva manera de vivir hasta que me fui dando cuenta que estaba ganando calidad de vida”.

Quienes la conocen destacan de Ana Labad Cruz su firme voluntad, perseverancia, visión y capacidad emprendedora; cualidades que sin duda llevaron a esta mujer a recuperar la tradición conservera de Lastres y a dar empleo a otras ocho mujeres, algunas de ellas antiguas trabajadoras de conserveras de Colunga. Y es que, según dijo al público, “en el mundo rural se puede pensar en grande y crear empleo”. La galardonada rompió una lanza a favor del emprendimiento rural y no necesariamente centrándose en los sectores tradicionales del campo asturiano pues “hay mucho más allá, comercio, arquitectura, fotografía, diseño gráfico, desarrollo tecnológico; se puede hacer cualquier cosa”.

Nadie dijo que emprender en el medio rural fuera fácil. Sin embargo, Asturias es una región privilegiada, según el testimonio de la galardonada. Según relató, ella contó con ayuda desde el primer momento porque “aquí disponemos de una red de organizaciones y entidades que te ayudan desde el minuto cero”. En su caso particular, la primera puerta a la que llamó fue la del Ayuntamiento de Colunga. En aquella fecha, la hoy alcaldesa Sandra Cuesta fue la concejala que mantuvo la primera reunión con la empresaria de Anchoas Hazas. “Salí con las cosas bastante claras” explicó Ana Labad que, tras ese primer encuentro en el ayuntamiento, acudió al ADRI Comarca de la Sidra, donde “la atención, el apoyo y el asesoramiento fue exquisito”. Lamenta Ana Labad que los Grupos de Desarrollo Rural sean aún tan desconocidos porque “yo hoy no estaría si no fuera por el ADRI Comarca de la Sidra”. Recuerda también su paso por Valnalón, Asincar, Asturgar y  Caja Rural de Asturias; momento en el que Ana Labad no puede contener la emoción y rompe a llorar en el Teatro Vital Aza. Cada una de estas entidades «creyó en nosotros y nunca nos sentimos solos”, explica entre lágrimas. Hay que decir que Anchoas Hazas fue creada por Ana Labad y su marido Agustín Fernández, cuya familia regentó durante décadas la popular tienda de ultramarinos Hazas de Lastres.    

Fuente: Reader

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